Yo soy de los que desde hace décadas ha ayudado a Bill Gates a hacerse millonario. Conozco todos los sistemas operativos y programas nacidos en Redmond desde sus primeras versiones.
El tiempo me hizo usar los atajos en el teclado ejecutando comandos más rápido que Rachmaninoff tocando notas en su piano.
Pero hace un par de años, decidí que Bill Gates ya tenía suficiente fortuna, y me dispuse a ayudar a Steve Jobs.
Lamentablemente lo aprendido en Redmond no lo he podido aplicar en Cupertino.
Gracias a este amigo, en pocos meses más ofreceré un concierto junto a Jordan Rudess a ver quién es más rápido.
Últimos comentarios