Por alguna rayada razón, yo soy fanático de los código de barras. Me obsesiona misteriosamente. No sé porqué, pero es lejos uno de los invento tecnográficos que más han influido en nuestra cultura capitalista.
También soy fanático de los relojes, donde un Christiaan Postma algún día estará en mi casa, siempre y cuando decida sacarlo a la venta... en este mercado capitalista.
Scott Blake fusionó estas dos pasiones en un sólo lugar aquí, donde el mecanismo de relojería se mezcla con las normas EAN, UPC y el GS1-128.
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